PARA DISFRUTAR DE
UN BUEN VINO.
v Para disfrutar de un vino, siempre es importante tomarlo a una buena temperatura. Asegúrate que el vino espumante y los blancos estén fríos (6-10o C), los
rosados igualmente fríos aunque con un poco más de temperatura (8-12 o C), los
tintos jóvenes frescos (14-16 o C) y los tintos con crianza o añejos a 16-18 o
C.
v El color no es un indicador de calidad, sino que sólo anticipa datos acerca de la variedad de uva, el clima de la región y/o el nivel de madurez de la uva. Los vinos más
concentrados de color no necesariamente son mejores que aquellos con tonos
sutiles.
v No te enloquezcas tratando de encontrar aromas específicos en el vino. Los aromas de un vino son subjetivos. Existen remiscencias químicas que el vino comparte con otros elementos de
la naturaleza, pero nadie puede decir que un vino tiene aroma a limón y no a
pomelo, sino que ello depende de la percepción y la historia sensorial de quien huele la copa.
v Lo ideal es agrupar los aromas por familias, es decir, si se trata de un
vino blanco sentir si tiene aromas de frutas, especias, flores, hierbas, roble,
entre otros. Luego, dentro de cada familia pensar en sub-grupos. Por ejemplo,
dentro de los aromas frutales puede notarse fácilmente las diferencias entre
los cítricos (limón, pomelo rosado, naranjas), las frutas blancas (durazno,
damascos, pera) y las más exóticas (melón, maracuyá). De esta forma, uno empieza a entrenar la nariz y tener más claro
los gustos personales.
v Más allá de los elementos que se toman en cuenta al degustar un vino en
boca -cuerpo, taninos, acidez, nivel de azúcar, alcohol-, lo importante es que resulte placentero. Trata de tomar como referencia otros vinos y piensa si el que estás
tomando tiene más o menos cuerpo, más o menos acidez, si es más seco o más
dulce, y si estas características te gustan más.
v Hacerle caso a tu paladar. No es necesario ser un experto o profesional del vino para diferenciar
un vino bueno de uno mediocre. No te dejes guiar por las etiquetas a la hora de
disfrutar un caldo. Muchas de las catas profesionales suelen ser "a
ciegas" porque incluso los conocedores son influenciados por la marca, botella o etiqueta de un vino. Confiá en tu interior.
v Existen datos en la información o
etiqueta de un vino que pueden darle indicios de sus características
(graduación alcohólica, variedad de uva, tiempo de crianza en madera,
antigüedad de las vides, ubicación del viñedo, proceso de elaboración). Sin
embargo, ninguno de estos elementos aseguran la calidad del vino, sino que la única forma de confirmarlo es probándolo y que
guste.
Biografía:
Matías Prezioso (Sommelier AAS)
http://www.iprofesional.com
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